Cuando jóven, René Descátes vivió sin rumbo fijo. Después de vivir unos años en París, ingresó al ejercito holandés (s. XVII).

Estando en Holanda, un día vió un carel escrito en Flamenco, lengua que no conocía, curioso le pidió a un hombre que se lo tradujera, y recibió una respuesta así: "El cartel contiene un reto", le dijó el hombre quien resultó ser un rector Universitario. "Pregunta si alguién puede resolver cierto problema de Matemáticas". "Yo lo traduciré -le dijo el hombre- si me prometes que intentarás resolverlo".

Descartes se sintió intrigado y prometió intentarlo y lo resolvió.

Cuando Descartes descubrió el placer del estudio, abandonó el ejército y se dedicó a aprender por el resto de su vida.

Cierta vez observó una mosca deambular por el techo de la habitación e ideó como escribir un recorrido con una ecuación. Pensó la forma de aplicar el álgebra a la geometría y la geometría al álgebra.

Así inventó una rama de las matemáticas: la geometría coordenada.